La desinformación es en muchos casos
fuente de discordia y de enfrentamientos baldíos que sólo conducen al desgaste.
Lamentablemente, muchos de los mitos están basados en fuentes poco fiables,
pero suelen tener un arraigo profundo entre la ciudadanía, aunque la mayor
parte de las veces no estén contrastados y obedezcan al imaginario popular
pasado de padres a hijos, o a algún titular de la prensa subvencionada y
dirigida intencionadamente a crear un estado de conciencia en la población.
Existen mitos que se generalizan
intencionadamente sin reparar en el daño que acarrean a sectores de la
población; mitos que perduran en el tiempo y que toman cuerpo incluso para que
otros sectores se congratulen de la desgracia ajena sin meditar que… trabajadores, lo somos todos. Bastantes
de estos mitos quedan resumidos en frases cortas, pegadizas, de fácil y
contundente aseveración, especialmente con una copa de Rioja entre las manos y
las mandíbulas trabajándose un canapé de cangrejo con salsa mahonesa. Mitos
como:
·
Los profesores tienen muchas vacaciones y para lo que trabajan ya
cobran demasiado. Los funcionarios, en general, se pasan el día en el desayuno.
Los sindicatos solo defienden a sus afiliados. Los profesores españoles ganamos
mucho menos que la media europea, etc.
Estoy convencido de que los lectores de
este artículo habrán escuchado en demasiadas ocasiones frases por el estilo y
mucho más duras. Por ello dedicaré algunos artículos a cazar mitos y a tratar de averiguar si responden a la realidad o se
quedan en chascarrillos adecuados al tiempo en que nos toca vivir (malos tiempos para la lírica).
Empezaremos con uno de ellos, el que
afirma que los salarios de los profesores en España son muy bajos. No se me
malinterprete, pretendo ser objetivo. La situación que estamos atravesando solo
admite la máxima transparencia en todos los sentidos y para todo el mundo. Como
docente, he preferido empezar por lo que conozco mejor y me afecta de forma más
directa, pero considero que si hemos de salir adelante, lo debemos hacer desde
una base que devuelva la confianza en las instituciones, en los funcionarios,
en la justicia, en la administración… en las personas. Hemos llegado a una
situación en la que los enfrentamientos forman parte de nuestro día a día,
precisamente por desconfianza y por hastío de tanta mentira y de tanta estafa a
la ciudadanía. Y lo peor puede que esté aún por llegar si no usamos la
inteligencia y la transparencia, y las volcamos en un proyecto común de
reconstrucción de una sociedad que ha demostrado estar cogida con alfileres.
MITO 1: ¿Ganamos
mucho o poco si nos comparamos con Europa, nuestro entorno natural?
La fuente de datos consultada ha sido EURYDICE
(2012), de la máxima fiabilidad a mi entender.
La interpretación del gráfico, que
contempla datos actuales de 2012 en su mayoría, no deja lugar a dudas: el
salario de los profesores de la enseñanza pública no universitaria en España
está por encima de la media europea. Esto no significa que sea justo ni que personalmente
me conforme, sino que en una Europa verdadera no deben existir grandes
desequilibrios, por no decir ninguno. La conclusión es que aún hay mucho que
construir en esta joven y vieja Europa a la vez. Si pormenorizamos y hacemos la
comparación con los países más inmediatos de nuestro entorno, Francia e Italia,
estos son los resultados:
REFERENCIAS
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