domingo, 10 de noviembre de 2013

EL TRANSPORTE DE LA ELECTRICIDAD

INTRODUCCIÓN

Resulta fácil localizar información en Internet acerca de la generación de la energía. También lo es encontrarla en forma impresa, pues las propias empresas de generación de la electricidad, la mayoría de ellas a su vez suministradoras de la industria y de los hogares, se encargan de repartir generosamente cualquier información básica impresa mezclada con la propia publicidad de la empresa, para ganar clientes entre los consumidores de a pie.

Lo que ya no es tan frecuente es encontrar información sobre la distribución eléctrica a través de las redes de alta tensión que se extienden por todo el territorio nacional. Una de las razones puede obedecer a su carácter estratégico, y en parte confidencial, dado que el corte de suministro en alguna de estas líneas de alta tensión podría suponer la paralización total de muchas industrias y el dejar sin comunicaciones grandes poblaciones.


LA RED ELÉCTRICA PENINSULAR

Las líneas eléctricas que tienen su origen en las centrales generadoras transportan corriente eléctrica con voltajes de 220.000 voltios y de 400.000 v (CSN, 2013). ¡Imagínense! ¡Acostumbrados como estamos al voltaje que tenemos en casa, el de 220 voltios de toda la vida, o como mucho el de 380 voltios de tres fases que hemos visto en algunas industrias…!


Los que hemos tenido la experiencia de sentir íntimamente esos 220 v en nuestra piel sabemos que se ha de andar con cuidado. Más aún con los 380 v, y no digamos cuando los multiplicamos por más de mil veces.

La anterior comparación pretende dar una idea de la magnitud de esos voltajes que se emplean en el transporte de la electricidad.

En la Figura 1 podemos observar la “red especial de carreteras” que utiliza la electricidad para llegar de un extremo a otro de nuestra geografía nacional.


EL TRANSPORTE DE LA ELECTRICIDAD

Estos altos voltajes en origen son necesarios, entre otras razones, debido a las pérdidas que se ocasionarán en el viaje que realizará la electricidad desde las centrales generadoras hasta nuestros hogares.

Todos hemos visto torres de electricidad enormes en medio del campo y de la montaña. Incluso puede que hayamos escuchado el ruido de grillos que producen las más grandes; también puede que hayamos sentido cierto temor al aproximarnos a ese gigante majestuoso rebosante de poder que infunde respeto a curiosos y a expertos, pero que siempre nos muestra en caso de desorientación la senda que nos lleva de nuevo a la civilización.

El consumo de electricidad de la industria y de nuestros hogares es aleatorio, aunque tomado en su conjunto sigue unas pautas de máximo consumo en las horas punta, y de mínimos cuando cada día la oscuridad se va haciendo omnipresente. Si la electricidad se transportara con niveles más bajos de voltaje, las pérdidas por calentamiento en los cables (Efecto Joule) provocarían una disminución muy importante del voltaje que llega a nuestros hogares, es decir, los 220 v que encontramos en los enchufes de nuestras casas, con lo que los aparatos que conectamos a la corriente eléctrica (televisores, neveras, cocinas, calentadores, etc.) dejarían de funcionar o lo harían anormalmente.

Pensemos que la distancia desde el punto de origen de una central generadora de electricidad hasta nuestros hogares puede ser de cientos de kilómetros de cable. Las pérdidas estarían representadas por la caída de tensión en bornes de la resistencia que constituye el propio cable, medida ésta desde el punto de origen (central) hasta el de destino (hogares). Esta pérdida estaría cuantificada por la expresión: VR = R · I

El voltaje final en destino sería el original menos la pérdida que hemos calculado, que sería tanto mayor cuanto más grande fuera el consumo. Además, la pérdida se transformaría en calor disipado por los cables sin que pudiéramos aprovechar esa energía para nada.

Existen varios voltajes nominales a lo largo del recorrido de la electricidad, desde su generación hasta su destino. La Figura 2 muestra en detalle cuáles son y dónde aparecen.




CONCLUSIONES

La electricidad es tan valiosa para una sociedad moderna como lo es un metal precioso para la joyería. Todo lo que concierne a su producción, transporte y distribución es una cadena de alto valor que se relaciona con el nacimiento de cualquier población (la electricidad trae consigo desarrollo, riqueza…) y con su madurez decadente (desarrollo urbanístico, crecimiento… que obliga a modificar los trazados eléctricos originales y a trasladar torres de alta tensión por  la proximidad de las viviendas que se van acercando cada vez más).

El transporte de la electricidad constituye uno de los hitos de la ingeniería en los que entran en juego todas las variables técnicas de la producción y del mantenimiento. Basta pensar en los miles y miles de kilómetros de tendido eléctrico que se prodigan por todo el país para entender la dimensión e importancia vital de toda esta estructura, fundamental para la sostenibilidad de nuestro día a día.


REFERENCIAS

CSN (2013). El sistema eléctrico nacional. ALFA. Revista de seguridad nuclear y protección radiológica. Nº 20. Visto el 4/10/2013 en  http://www.csn.es/images/stories/publicaciones/periodicas/alfa/alfa20_web.pdf



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