La
formación relacionada con la prevención de riesgos laborales es un capítulo
fundamental que se debe abordar desde varias perspectivas conjuntamente.
Los
principales aspectos a tener en cuenta son los siguientes:
OBJETIVOS DE LA ENSEÑANZA EN PRL
1.
De conocimientos
Son los que se conocen como
“didácticos”. Tienen sentido unidireccional, es decir, profesor à alumno. Se utilizan fundamentalmente en aquellas enseñanzas
que se basan en la memoria del estudiante (datos, fórmulas, etc.).
2.
De procedimientos
Se definen como
demostrativos e instructivos. Se basan en la práctica constante del alumno y en
la repetición de la conducta. Son usados especialmente cuando se desea
transmitir una experiencia profesional, de manera que el profesor demuestra la
forma en que los alumnos deben actuar prácticamente ante circunstancias reales.
3.
De actitudes
Potencian el aprendizaje
del alumno mediante su participación en el grupo. Es el alumno el principal
responsable de su aprendizaje, mientras que el profesor se convierte en un guía
que orienta y anima al grupo, proporcionándole estímulos que alienten la
investigación y la participación de todos los miembros. Se trata de un objetivo
esencialmente formativo, que se puede utilizar en cualquier nivel, si bien los
mejores resultados se obtienen cuando el alumno tiene plena conciencia de que
desea aprender, actitud que se desarrolla principalmente a partir de que se
alcanza la mayoría de edad (EPA –educación de personas adultas-).
FASES
DE EVALUACIÓN EN UN PROCESO DE APRENDIZAJE
La evaluación es uno de los
temas más enrevesados del proceso de aprendizaje. Esto es así porque existen
muchas variables a las que atender si se desea hacer una evaluación completa,
objetiva y justa. No debe ser un proceso con el único objetivo de aprobar o
suspender al alumno, sino el de detectar
en qué ha fallado el proceso y mejorarlo, dado que el resultado positivo de la
evaluación nos indica que el alumno ha conseguido los objetivos de aprendizaje,
pero un resultado negativo es un fracaso que apunta a que el proceso de
aprendizaje no ha sido el adecuado.
Por ejemplo, habría que
atender a:
1.
Evaluación durante el proceso
Conforme se avanza en el
proceso de aprendizaje y se van acometiendo los objetivos. Forma parte del
mismo proceso.
2.
Evaluación puntual de finalización del proceso
Posibilita la
retroalimentación, dado que el alumno puede modificar datos mal adquiridos
durante el proceso de aprendizaje.
3.
Evaluación a corto plazo
Recomendable realizarla en
los dos meses siguientes a la finalización del proceso.
4.
Evaluación a medio plazo
Recomendable llevarla a
cabo a los seis meses de la finalización del proceso. Este tipo de evaluación
puede servir para sesiones cortas de perfeccionamiento.
5.
Evaluación de mantenimiento
Cada año aproximadamente
sería necesario revisar el aprendizaje para garantizar su mantenimiento
mediante operaciones fundamentales de refuerzo de los datos aprendidos.
Dado que no todos los
objetivos son evaluables de la misma forma, también cabría evaluarlos según la
conducta que persiguen:
1.
Evaluación de objetivos de conocimiento
El alumno deberá repetir
los datos aprendidos, pero teniendo en cuenta que la memoria puntual se diluye
con el tiempo. Se proponen pruebas de tipo memorístico como cuestionarios,
tests, preguntas cerradas con una o varias respuestas válidas, preguntas
abiertas para explicar un tema, etc.
2.
Evaluación de objetivos de procedimiento
Serán pruebas de tipo
práctico para evaluar al alumno: tests de actitud o realización de una acción
delante del profesor, por ejemplo.
3.
Evaluación de objetivos actitudinales
Se pretende evaluar deseos,
actitudes… Por ejemplo, cambios en la actitud. Se llevan a cabo mediante la
observación de los alumnos (discusiones en grupo, conducta habitual del alumno)
o tests.
Posibles problemas de afectividad
La comunicación hablada
despierta en el interlocutor una sensación inmediata de aceptación o de
rechazo, y a veces de indiferencia, lo que habría que interpretar también
negativamente a nivel de objetivos. Tanto
las palabras usadas como el tono (prosodia) intervienen en el rechazo, así como
el “timbre de voz”, la calidez de ésta, la vestimenta, los movimientos de manos,
etc. Ensayar la comunicación atendiendo a todas estas variables es
imprescindible para un profesional que desea que llegue su mensaje al
interlocutor o audiencia, y que sea percibido positivamente.
La comunicación como proceso de cambio de
actitudes
Los aspectos fundamentales
son de tipo conductual y de tipo verbal. Los primeros hacen referencia a la
moderación y a generar un clima de confianza en el grupo, respetando opiniones
y favoreciendo la participación de todos los integrantes. Los segundos están
relacionados con el qué decimos y con
el cómo lo decimos. Será preciso
utilizar palabras adecuadas, tono conciliador, claridad, proximidad, etc.
El concepto de conflicto como herramienta de
mejora
La aparición de un
conflicto refleja una situación que era susceptible de mejora y que permanecía
latente hasta que ha aflorado el problema. Por tanto, es preciso tomar el
conflicto como una oportunidad para aflorar los problemas que todavía
permanecen ocultos y tratar de solucionarlos no de forma puntual, sino
interviniendo en el origen del problema, bien sea de estructura, de cultura
empresarial, de actitudes de las personas, de competencia profesional, de
protocolos específicos, etc.
El Método Harvard en una negociación.
Principios
Es un método que integra
estrategia completa y tácticas de negociación, pero basando la negociación en
los intereses. Se basa en cuatro principios durante el proceso: 1. Separa a las
personas del problema. 2. Distinguir posiciones de intereses. 3. Generar
opciones creativas. 4. Basar las decisiones en criterios objetivos. En resumen,
este método tiene presente al contrario en todo su conjunto, respetándolo y
nunca menospreciándolo, pues considera la defensa de los legítimos intereses de
éste y busca soluciones innovadoras que permitan compensar la renuncia a ellos.
CONFERENCIAS
E INTELIGENCIA EMOCIONAL
La utilización de la
inteligencia emocional en beneficio propio, es decir, del conferenciante o
profesor, si particularizamos en este caso, consiste en la aplicación de una
metodología que toma como patrón los porcentajes de recepción del mensaje del
comunicador (Bradbury, 2000: 7), que son el de un 7% para la comunicación
verbal, un 38% para el interés del discurso y 55% para el lenguaje corporal.
Por tanto, si tomamos el
lenguaje corporal como el más efectivo, será el “arte de la influencia” del
comunicador el que determine el resultado de esta empresa. Goleman (2000)
clasifica varios aspectos según el interés del comunicador, quedando resumidos
a efectos prácticos de la siguiente forma:
Al inicio, establecer claramente
los objetivos de enseñanza. Estructurar el discurso de forma lógica adaptándose
a los alumnos y sin caer en saturación informativa.
Estimular el recuerdo
operativo de los alumnos mediante los aspectos no verbales de la comunicación y
desarrollando toda la capacidad de persuasión posible por parte del
comunicador.
Colocar el grupo en el
centro de la comunicación, de forma que se convierta en fuente de recuerdo y
participe activamente incluso negociando los contenidos de la enseñanza. Buscar
la respuesta colectiva. Animar, motivar y orientar sin dirigir.
La interacción es
primordial para que la atención del alumno no se desvíe de la exposición del
comunicador. En estas condiciones, la denominada gramática universal, bautizada por Chomsky (1975:154), se adquiere
sin esfuerzo y se produce el aprendizaje uniformemente.
REFERENCIAS
BRADBURY,
A. (2000). Técnicas para presentaciones
eficaces. Editorial Gedisa, SA. Barcelona.
CHOMSKY,
Noam (1984). Reflexiones sobre el
lenguaje. Editorial Planeta De Agostini, SA. Barcelona.
GOLEMAN, D. (2000). La práctica de la inteligencia emocional.
Editorial Kairós SA. Barcelona.
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