lunes, 18 de mayo de 2015

LA ENSEÑANZA COMO FACTOR FUNDAMENTAL EN LA PREVENCIÓN


La formación relacionada con la prevención de riesgos laborales es un capítulo fundamental que se debe abordar desde varias perspectivas conjuntamente.

Los principales aspectos a tener en cuenta son los siguientes:


OBJETIVOS DE LA ENSEÑANZA EN PRL

1.                        De conocimientos

Son los que se conocen como “didácticos”. Tienen sentido unidireccional, es decir, profesor à alumno. Se utilizan fundamentalmente en aquellas enseñanzas que se basan en la memoria del estudiante (datos, fórmulas, etc.).

2.                        De procedimientos

Se definen como demostrativos e instructivos. Se basan en la práctica constante del alumno y en la repetición de la conducta. Son usados especialmente cuando se desea transmitir una experiencia profesional, de manera que el profesor demuestra la forma en que los alumnos deben actuar prácticamente ante circunstancias reales.

3.                        De actitudes

Potencian el aprendizaje del alumno mediante su participación en el grupo. Es el alumno el principal responsable de su aprendizaje, mientras que el profesor se convierte en un guía que orienta y anima al grupo, proporcionándole estímulos que alienten la investigación y la participación de todos los miembros. Se trata de un objetivo esencialmente formativo, que se puede utilizar en cualquier nivel, si bien los mejores resultados se obtienen cuando el alumno tiene plena conciencia de que desea aprender, actitud que se desarrolla principalmente a partir de que se alcanza la mayoría de edad (EPA –educación de personas adultas-).


FASES DE EVALUACIÓN EN UN PROCESO DE APRENDIZAJE

La evaluación es uno de los temas más enrevesados del proceso de aprendizaje. Esto es así porque existen muchas variables a las que atender si se desea hacer una evaluación completa, objetiva y justa. No debe ser un proceso con el único objetivo de aprobar o suspender al alumno, sino  el de detectar en qué ha fallado el proceso y mejorarlo, dado que el resultado positivo de la evaluación nos indica que el alumno ha conseguido los objetivos de aprendizaje, pero un resultado negativo es un fracaso que apunta a que el proceso de aprendizaje no ha sido el adecuado.  

Por ejemplo, habría que atender a:

1.                        Evaluación durante el proceso
Conforme se avanza en el proceso de aprendizaje y se van acometiendo los objetivos. Forma parte del mismo proceso.

2.                        Evaluación puntual de finalización del proceso
Posibilita la retroalimentación, dado que el alumno puede modificar datos mal adquiridos durante el proceso de aprendizaje.

3.                        Evaluación a corto plazo
Recomendable realizarla en los dos meses siguientes a la finalización del proceso.

4.                        Evaluación a medio plazo
Recomendable llevarla a cabo a los seis meses de la finalización del proceso. Este tipo de evaluación puede servir para sesiones cortas de perfeccionamiento.

5.                        Evaluación de mantenimiento
Cada año aproximadamente sería necesario revisar el aprendizaje para garantizar su mantenimiento mediante operaciones fundamentales de refuerzo de los datos aprendidos.

Dado que no todos los objetivos son evaluables de la misma forma, también cabría evaluarlos según la conducta que persiguen:

1.                        Evaluación de objetivos de conocimiento
El alumno deberá repetir los datos aprendidos, pero teniendo en cuenta que la memoria puntual se diluye con el tiempo. Se proponen pruebas de tipo memorístico como cuestionarios, tests, preguntas cerradas con una o varias respuestas válidas, preguntas abiertas para explicar un tema, etc.

2.                        Evaluación de objetivos de procedimiento
Serán pruebas de tipo práctico para evaluar al alumno: tests de actitud o realización de una acción delante del profesor, por ejemplo.

3.                        Evaluación de objetivos actitudinales
Se pretende evaluar deseos, actitudes… Por ejemplo, cambios en la actitud. Se llevan a cabo mediante la observación de los alumnos (discusiones en grupo, conducta habitual del alumno) o tests.

LA  COMUNICACIÓN

Posibles problemas de afectividad

La comunicación hablada despierta en el interlocutor una sensación inmediata de aceptación o de rechazo, y a veces de indiferencia, lo que habría que interpretar también negativamente a nivel de objetivos.  Tanto las palabras usadas como el tono (prosodia) intervienen en el rechazo, así como el “timbre de voz”, la calidez de ésta, la vestimenta, los movimientos de manos, etc. Ensayar la comunicación atendiendo a todas estas variables es imprescindible para un profesional que desea que llegue su mensaje al interlocutor o audiencia, y que sea percibido positivamente.

La comunicación como proceso de cambio de actitudes

Los aspectos fundamentales son de tipo conductual y de tipo verbal. Los primeros hacen referencia a la moderación y a generar un clima de confianza en el grupo, respetando opiniones y favoreciendo la participación de todos los integrantes. Los segundos están relacionados con el qué decimos y con el cómo lo decimos. Será preciso utilizar palabras adecuadas, tono conciliador, claridad, proximidad, etc.

LA  NEGOCIACIÓN

El concepto de conflicto como herramienta de mejora

La aparición de un conflicto refleja una situación que era susceptible de mejora y que permanecía latente hasta que ha aflorado el problema. Por tanto, es preciso tomar el conflicto como una oportunidad para aflorar los problemas que todavía permanecen ocultos y tratar de solucionarlos no de forma puntual, sino interviniendo en el origen del problema, bien sea de estructura, de cultura empresarial, de actitudes de las personas, de competencia profesional, de protocolos específicos, etc.

El Método Harvard en una negociación. Principios

Es un método que integra estrategia completa y tácticas de negociación, pero basando la negociación en los intereses. Se basa en cuatro principios durante el proceso: 1. Separa a las personas del problema. 2. Distinguir posiciones de intereses. 3. Generar opciones creativas. 4. Basar las decisiones en criterios objetivos. En resumen, este método tiene presente al contrario en todo su conjunto, respetándolo y nunca menospreciándolo, pues considera la defensa de los legítimos intereses de éste y busca soluciones innovadoras que permitan compensar la renuncia a ellos. 


CONFERENCIAS E INTELIGENCIA EMOCIONAL

La utilización de la inteligencia emocional en beneficio propio, es decir, del conferenciante o profesor, si particularizamos en este caso, consiste en la aplicación de una metodología que toma como patrón los porcentajes de recepción del mensaje del comunicador (Bradbury, 2000: 7), que son el de un 7% para la comunicación verbal, un 38% para el interés del discurso y 55% para el lenguaje corporal.
Por tanto, si tomamos el lenguaje corporal como el más efectivo, será el “arte de la influencia” del comunicador el que determine el resultado de esta empresa. Goleman (2000) clasifica varios aspectos según el interés del comunicador, quedando resumidos a efectos prácticos de la siguiente forma:
Al inicio, establecer claramente los objetivos de enseñanza. Estructurar el discurso de forma lógica adaptándose a los alumnos y sin caer en saturación informativa.
Estimular el recuerdo operativo de los alumnos mediante los aspectos no verbales de la comunicación y desarrollando toda la capacidad de persuasión posible por parte del comunicador.
Colocar el grupo en el centro de la comunicación, de forma que se convierta en fuente de recuerdo y participe activamente incluso negociando los contenidos de la enseñanza. Buscar la respuesta colectiva. Animar, motivar y orientar sin dirigir.

La interacción es primordial para que la atención del alumno no se desvíe de la exposición del comunicador. En estas condiciones, la denominada gramática universal, bautizada por Chomsky (1975:154), se adquiere sin esfuerzo y se produce el aprendizaje uniformemente.


REFERENCIAS

BRADBURY, A. (2000). Técnicas para presentaciones eficaces. Editorial Gedisa, SA. Barcelona.
CHOMSKY, Noam (1984). Reflexiones sobre el lenguaje. Editorial Planeta De Agostini, SA. Barcelona.
GOLEMAN, D. (2000). La práctica de la inteligencia emocional. Editorial Kairós SA. Barcelona.


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